Quince pajitas de refresco. Una misión: Aguantar el peso de...¿Una persona? Sí, exacto. Nos ponemos en grupos de tres manos a la obra. Y pensando nos llegó la inspiración en forma de recuerdo. Una de las primeras clases de DAI. Pioz hablando de las estructuras (saaaaabias estructuras) de la Naturaleza y las humanas (Sí, vale, torpes). Las primeras resolvían el problema del soporte de más peso distribuyéndolo entre más módulos (Módulosmódulosmódulosmódulos) pequeños; las segundas optaban por sustentar el peso sobre una viga de mayor grosor. Así que decidimos que nuestra estructura debería tener cuatro puntos de apoyo separados, por lo del momento de fuerza y tal... Y si cortábamos las pajitas en cachos pequeñitos soportaría más que si los dejábamos largos. Así salió nuestra estructura.
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